Está de moda ya hace tiempo explotar conceptos como el "sagrado femenino" para dar pábulo a los poderes fácticos y como caballo de batalla de ciertos movimientos extremistas.

Antes de que fuera comercializado y mercantilizado, este término ya tenía su público y hay movimientos bastante antiguos -retomados por la "New Age"- que reivindican desde la inocencia de las brujas como "mujeres sabias" hasta el chiste de Camilo José Cela cuando se planteaba si "Dios es negra".

brujas, magas, hechiceras, locas — La ficción nos presenta actualmente a las brujas bajo un aspecto atractivo pero la realidad es que son repugnantes.

Lejos de favorecer los puros ideales feministas, estas fantochadas hacen más mal que bien y a todos los niveles; pues desprestigian la credibilidad de los genuinos movimientos que trabajan en pro de la protección y defensa de la mujer, en todos los campos donde sea necesario.

Pero centrándonos en el campo de la religión y, más concretamente del cristianismo, podemos rastrear, retrocediendo en el tiempo, un equívoco muy habitual en todos/as aquellos y aquellas, personas todos y todas (no lleguemos al "ustedes y ustedas; miembros y miembras") que, hablando del "cristianismo primitivo", aducen textos apócrifos como el "evangelio de María Magdalena" o el "evangelio de Felipe" donde con estos escritos, imposturas consabidas desde el s. II y rechazadas desde siempre por el total de las asambleas cristianas (a excepción de la secta de turno que las inventó), pretenden que en el "tan machista" cristianismo, también existía una "diosa" o "aspecto femenino de la Divinidad".

Diversas traducciones del falso "evangelio de Felipe" transcriben "la Espíritu Santa" en los diferentes pasajes en que se habla de "ella" en este texto y de hecho no es que lo traduzcan mal, pues el mismo texto indica que esto es lo que se pretende.

El problema está en la "raíz", es decir en el texto mismo y en la equivocada enseñanza que predicaba la secta que lo inventó.

Esta secta aprovechó un simple elemento gramatical para tergiversar el sentido de las supuestas palabras de Jesús, y es que, al igual que pasa en español donde otorgamos "género" a los objetos inanimados (la mesa, el espejo; la nube, el agua, etc.) en hebreo la palabra "espíritu" ('ruaj') es de género femenino.

Esto, que en realidad no es más que una simple peculiaridad propia de un idioma, se convierte en la excusa de algunos para hacer que el Espíritu Santo ('Ruaj HaKodesh') se convierta en femenino, no por una cuestión gramatical, la cual forzosamente cambia con la traducción, como lo hace entre muchos idiomas; si no, llevándolo a ese "cajón de sastre" que fue primero el gnosticismo, y ahora lo es más aún la "New Age", para que se transforme en un "espíritu femenino".

Ya S. Jerónimo en sus escritos cita un fragmento del llamado "evangelio de los hebreos" o "de los nazarenos" en que supuestamente Jesús llama al Espíritu Santo "mi Madre"

Y así mismo otro evangelio apócrifo gnóstico, el llamado "evangelio de Felipe" dice que los que creen que Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo se equivocan porque "¿cómo puede un ser femenino engendrar en otro femenino?"

Con razón La Iglesia condenó estos textos, a los cuales da vergüenza llamar "evangelios" ya que no solo contradicen los textos que actualmente son canónicos -y que si lo son es porque se encontraron conformes y concordantes, inspirados e instructivos- si no que se contradicen entre ellos mismos y además emplean simples malabares léxico-semánticos para convertirlos en sofismas y "profunda "gnosis" con la que hacían creer a sus víctimas adeptas que estaban descubriendo grandes verdades ocultas.

Pero las acusaciones de machismo hacia el cristianismo y concretamente hacia el catolicismo se acostumbran a centrar en las figuras de S. Pablo y S. Agustín.

San Pablo, a lo largo de todas sus cartas, solo dos veces habla de la autoridad del hombre sobre la mujer en la Iglesia: 1ª a Timoteo 2, 12 y 1ª a Corintios 14, 34.

monjas, orden religioso, claustro, refectorio, coro, convento — Las monjas constituían comunidades de mujeres piadosas y cultas cuya independencia estaba en Dios.

Vamos a analizarlos muy por encima pero suficientemente para entenderlos en su marco tanto textual como histórico.

"vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.

Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación." (1 Cor. 14, 34-35)

Efectivamente el apóstol está mostrando cómo, también según la ley (judía) es indecoroso que las mujeres hablen durante las reuniones religiosas pero si leemos los anteriores versículos veremos que no habla solo de las mujeres:

"Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.

Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados."

S. Pablo está haciendo callar a mucha gente. ¡no solo a las mujeres!

El apóstol sólo está poniendo un poco de orden en las reuniones, concretamente en las de la iglesia de Corinto, para que todos tengan su turno y nadie acapare el tiempo.

No le dice a la mujer que "no aprenda" si no que, habiendo asistido a la reunión, no se dirija directamente a otros hombres para hacer sus preguntas; que, por decoro (y por la obvia confianza que se tienen), pregunte a su esposo.

Así mismo da otras ocasiones en que los hombres también deben callar.

Es 1 Tim. 2, 11-12 más "radical" al decir "Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. Yo no consiento que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada."

Tampoco aquí le prohíbe aprender lo mismo que los hombres pero si se muestra reacio a que la mujer "enseñe". ¿Por qué?

Habla Dios por boca de S. Juan en el Apocalipsis y condena que la iglesia de Tiatira permita a una mujer llamada Jezabél -que haciéndose pasar por profetisa engañaba a los miembros de esta comunidad- "enseñar, y engañar a mis siervos, a fornicar, y a comer cosas ofrecidas a los ídolos".

En los versículos anteriores también llama la atención a las iglesias de Éfeso y Esmirna por cometer estos mismos pecados que se atribuyen a la herejía nicolaita.

Es posible que esta "jezabél" llevase ese nombre o lo recibiese de otro personaje bíblico más antiguo, la esposa del rey Acab, que dejó su nombre para la historia como sinónimo de mujer depravada y corruptora.

Así, parece que ya en la época en que S. Juan escribió el Apocalipsis (c. 96 d. C.) esta herejía nicolaita estaba causando confusión y es muy posible que fuera este el temor de S. Pablo al advertir sobre cierto tipo de mujeres que pretendían "enseñar" en la Iglesia, tanto como de cualquier otro hombre que trajera "enseñanzas" extrañas.

Pero vemos que el cristianismo le ha dado libertad y dignidad a las mujeres consiguiendo ponerlas en puestos importantes, permitiéndoles constituir comunidades de mujeres solas y "auto-gobernadas", elevando santas y doctoras y, quizás lo más importante, reconociendo en la figura de María a todas las mujeres: María como Madre, hija y esposa; como viuda de José, mujer doliente, corredentora que ve morir a su hijo en la cruz, y otorgándole como mujer humana el lugar más elevado de la creación, sólo inferior a Dios Único y Trino.

Sta. Hildegarda de Bingen monja polímata, divinamente inspirada, es un ejemplo de verdadera mujer sabia pero su figura ha sido manipulada en muchos casos por el falso feminismo.

¿Qué referencias femeninas tienen las demás religiones? Pensemos un momento en las grandes religiones del mundo que aún se siguen practicando activamente e intentemos sacar alguna figura femenina relevante ya sea de antes o de ahora.

(El paganismo en cambio, usaba de diosas y sacerdotisas, poniendo, no a la mujer, sino al "sagrado femenino" en el lugar de Dios; de nuevo vamos de un extremo a otro).

Sin embargo si le preguntamos a cualquiera, incluso no-creyentes, sobre figuras femeninas cristianas relevantes, enseguida se pueden evocar un sinnúmero de santas, religiosas y no pocas laicas de todas las épocas.

Desde la peregrina Egeria hasta la teóloga Jutta Burggraf pasando por Sta. Helena, Sta. Juana de Arco o Sta. Ma. Teresa Chiramel tenemos ejemplos femeninos por doquier.

La iglesia católica es la que más tiene...la única que tiene.

Enlaces:

Egeria

Herrada de Landsberg

Guadalupe Ortiz de Landázuri

[16/03/2019 03:01]

Gnosis, New Age y Feminismo Radical (I).