Mucho se ha hablado de Cervantes. Quizás el escritor español más conocido mundialmente. Pero también se ha mentido o supuesto demasiado sobre él, obviando en cambio, hechos realmente históricos.

A Miguel de Cervantes se le ha imputado cierto laicismo o incluso aversión al clero, más a raíz de ciertos episodios jocosos de su Quijote que por una razón sólida.

También hemos de pensar que Don Miguel pasó por diversos periodos entre los cuales estuvo el de soldado y todos sabemos que la guerra puede descentrar al más pintado.

Y es que al Quijote se le han querido buscar hasta los simbolismos "crypto-judaicos" o cabalísticos, gnósticos, heréticos o, como mínimo liberales.

En las últimas décadas; como tantos otros, pero quizás más que muchos, a Cervantes y al Quijote se los han querido apropiar, politizar y sesgar los sectores progresistas que además pretenden abrogarse la "pura" y única intelectualidad permitida aquí y ahora.

Han llegado a escribir de él que fue " feminista y libertino, conciliador islamo-cristiano de razas y culturas, anticapitalista, antimonárquico, un hombre sin fe y sin ley".

Pero claro, por eso mismo estos sectores evitan ciertos detalles de la vida de Cervantes. Sobre todo evitan hablar de los detalles piadosos.

No solo es que el gran autor estuviera enterrado en un convento, cosa bastante usual en aquella época.

Esto de por sí no hace a alguien devoto.

Pero resulta que en sus últimos años, Cervantes dejó constancia de su devoción tanto como de su disposición y mente abierta a las renovaciones de La Iglesia:

"En aquella fatídica época en que Lutero corrompió la religión y que en la capital de la Pérfida Albión se hicieron tantos ultrajes blasfemos contra la Santa Eucaristía, allá por 1607, en toda España se hicieron actos litúrgicos de reparación y desagravio.

También se fundaron diversas congregaciones y hermandades eucarísticas entre las cuales -en 1908; hace ciento diez años- se fundó en Madrid la Hermandad de Esclavos del Santísimo Sacramento del Olivar.

Se inscribieron en ella muchos nobles nombres históricos pero de entre todos ellos, cuatro meses después de su fundación, firmó en el Folio 12 del Libro de Registro de esta hermandad un venerable anciano que dejó la siguiente fórmula:

"Reciuiose en esta Sta. Hermandad por esclabo del Smo. Sacramento a miguél de cerbantes y dixo guardaria sus santas constituciones y lo firmo en md. a 17 de Abril de 1909.

† Esclauo del Smo. Sacramento.

Miguel de Cerbantes"

Así mismo se conoce que en la Octava de Corpus de aquél mismo año fue uno de los tres premiados en un certamen de poesía de la Hermandad, en honor al Sacramento del altar; aunque esta poesía está perdida actualmente.

En 1610 Cervantes se destacó por ser uno de los mayores impulsores en que la hermandad recurriera al rei para que la festividad de S. José fuera declarada solemne en la Iglesia Universal.

En 1612, en las disposiciones para Domingo de la Infraoctava de Corpus, se consigna que "D. Antonio de Mendoza escriba en octava la relación de la fiesta y los jeroglificos del Sr. Miguel de Cervantes".

Extraído, traducido del catalán y adaptado del libro Flors Eucarísitques (Flores Eucarísticas), Barcelona, 1960 el cual cita como fuente el libro "Cervantes, esclavo del Santísimo Sacramento" de Aureliano Fernández Guerra.

Todos los retratos de Cervantes son aproximaciones realizadas en base a su auto descripción en el prólogo de las Novelas Ejemplares.

Muchos querrán decir que esto pudiera ser solo por aparentar, o como está tan de moda ahora, por "postureo".

Pero el caso es que en las actas de la hermandad figura Cervantes como uno de los más devotos y cumplidores cofrades que en los siete años que le quedaban de vida no faltó a ninguna de las muchas obligaciones parroquiales y asistió a todas las reuniones a excepción de las elecciones de cargos honoríficos que siempre rehuyó.

Es un ejemplo comprobable de como las altas plumas, las mentes preclaras de la literatura española, nunca se dieron de menos de practicar públicamente su devoción ni de poner su talento al servicio del Dios de las Ciencias, ni de cantar los loores a la divina Eucaristía, tan insultada en nuestros tiempos por quienes presumen ser los "herederos" de las letras hispanas.

Han corrido los ríos de tinta -cada vez más virtual- que intentan presentarnos a los grandes genios como les gustaría aquí y ahora, solo a algunos, que hubieran sido.

Feministas, homosexuales, ácratas, casi bandidos y, sobre todo, totalmente impíos y ateos; adversos a la religión y principalmente al catolicismo.

Y es que hay que contentar a todos los "sectores" y darles la debida representación. Si no existe, se inventa.

Un ejemplo de la manipulación de la figura de Cervantes: Aquí

Decía el filólogo y medievalista Martín de Riquer que hay que leer el Quijote "sin buscarle símbolos" y me atrevo a añadir que también hay que hacerlo -tanto a la obra como al autor- sin buscarle "partidismos".

Aproximación al Quijote de Martí de Riquer.

"Miguel de Cervantes fue cofrade"

literartura

Cervantes, sin más.