El gobierno de Jezabel (Gnosis, New Age y Feminismo Radical II).

Hablábamos en el post anterior de esta serie, de la expresión "ser una jezabel".

Jezabel, esposa de Acab, quedó para la historia como ejemplo y paradigma de la mujer intrigante, seductora y manipuladora.  Aquella que a través de sus encantos ejerce total influencia sobre el supuesto gobernante, convirtiéndose ella en el poder en la sombra.

Jezabel es el paradigma bíblico de la mujer intrigante y seductora que ejerce el poder en las sombra

Esta actitud "pasiva" fue durante mucho tiempo la forma en que las mujeres, supuestamente en inferioridad en todos los aspectos, controlaron en no pocas ocasiones los destinos de un reino.

Pero ¿es esta forma de actuar solo propia de las mujeres? ¿se vio Jezabel -o cualquiera en su situación- obligada a actuar así por su condición femenina? ¿podemos defender su actitud por estar "eclipsada por los hombres"?

Más bien no.

Hombres intrigantes que han preferido estar detrás de la figura visible del rey, del presidente, del general, los ha habido siempre. Es una forma de comportamiento de un cierto tipo de personas, no de un sexo o género. Y aunque es normal que veamos un mundo antiguo donde los reyes guerreros luchaban entre ellos para hacerse con el poder y donde imperaba en gran manera la ley del más fuerte, y viéndolo creamos que en este "mundo de hombres" las mujeres "solo " podían comportarse de esta manera, eso es algo bastante inexacto.

Hubo muchos hombre alrededor de cada rey o caudillo, hombres "segundones" que no eran el rey ni el caudillo. Unos, guerreros leales, otros, útiles médicos y sabios de los distintos campos del saber, algunos más simples consejeros, burócratas, que en unos casos miraban por el bien del rey y del reino y en otros medraban intentando conseguir poder.

En el caso de Jezabel, no es una "buena mujer" que se viera obligada a estar a la sombra de un hombre débil y dirigirlo para llevar el reino lo mejor posible. 

Al contrario, Jezabel es una mujer que quiere arrastrar a los demás a su terreno y hacerles bailar a su son, y para esto nada mejor que ser la esposa del rey y no del roque.

Podría haber sido una mujer guerrera, una reina de su reino, pero es su carácter, no su condición, lo que hace que se case y se ponga "a la sombra del rey" para calentarle la oreja, entre otras cosas, y hacer que sea él quien imponga la voluntad de ella como si fuera suya.

Después, aún continuó manipulando a sus dos hijos (Ocozías y Joram). Todo para imponer su paganismo y matar a los profetas de Dios.

Como siempre, el problema son las manzanas podridas, independientemente del sexo que ostenten.

En la sociedad actual, en que todo lo que haga una mujer está justificado solo por el hecho de ser mujer, también esta forma de control, taimada, subrepticia y en definitiva traidora, se verá como una forma de "empoderamiento", de rebeldía o, en el "mejor" de los casos, de "triste necesidad" provocada por su situación.

Existe la corrupción del ser humano y dentro de esta, existen formas propias de corrupción del hombre y de la mujer.

Estamos en el tiempo de la subversión, de la inversión. Hay que ponerlo todo patas arriba y decir que los villanos son los buenos y los héroes los malos. Y hay que subvertir el orden natural de las cosas y las personas. El "neo"-paganismo, la New Age, los nuevos gnosticismos, son formas en las que se pretende resucitar el llamado "sagrado femenino" que, con sus "diosas madre", sus "sacerdotisas" y su "prostitución sagrada" no tienen nada que ver con la verdadera mujer, si no con el impostor andrógino al que en ocasiones le gusta disfrazarse de hembra.

Con todas estas ayudas, el Enemigo busca invertir los papeles masculino y femenino, invertir el papel de los padres y los hijos, incluso el de personas y animales. 

Subvertir el trabajo, la ocupación, la familia y la sexualidad; inventar sexualidades y afectos imposibles, jugar macabramente con el nacimiento y la muerte y convertir los pecados en "derechos" poniendo a la justicia bajo el yugo de la ley y a la ley bajo el gobierno de Jezabel.

"¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, Que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, Que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!" (Isaías 5,20)

30/08/2021, 01:12